Un aspecto importante de la traducción es la presencia o la ausencia de
categorías gramaticales y sus posibles consecuencias. A primera vista, "pasear por el
parque es agradable" y "un paseo por el parque es agradable" son expresiones muy similares
y alguien podría decir que hasta incluso equivalentes. Jakobson sostiene que este aspecto,
la diferencia de categoría gramatical, como el uso de un sustantivo en lugar de un verbo o
de un adjetivo, tiene muchas consecuencias. En dos de sus ensayos, "Poetry of grammar and
grammar of poetry"1 y "Grammatical parallelism and its Russian facet"
2, Jakobson destaca la
importancia estructural de las categorías gramaticales en el texto literario. El uso de un
verbo en lugar de un sustantivo no es indiferente, tiene un peso expresivo.
En el citado ensayo sobre traducción, se destacan los problemas derivados de la
traducción entre idiomas con categorías gramaticales distintas.
It is more difficult to remain faithful to the original when we translate into
a language provided with a certain grammatical category from a language lacking
such a category3 (Es más difícil permanecer fiel al original cuando se traduce a
un idioma que dispone de cierta categoría gramatical desde un idioma que carece de
ella).
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Un problema frecuente para los traductores de inglés es el uso del pasado
simple (simple past, cuyo equivalente en español es el pretérito indefinido). En ciertos
casos, el cotexto no ofrece información suficiente para saber si se debe atribuir al verbo
un valor perfectivo o imperfectivo, si la acción es completa y definitiva, o si se repite y
es incompleta; por lo tanto, es difícil saber cuál es el verbo que debe emplearse en la
traducción.
Existe otra complicación, y es que para quien escribe en inglés no es necesario
decidir si un verbo en pasado simple debe interpretarse como una acción perfectiva o
imperfectiva. La posibilidad que ofrece el inglés de expresar un "pasado indefinido" es
un instrumento expresivo que permite al redactor dejar en la ambigüedad lo que la categoría
gramatical no precisa.
Languages differ essentially in what they must convey and not in what they can
convey. Each verb of a given language imperatively raises a set of specific
yes-or-no questions, as for instance: is the narrated event conceived with or
without reference to its completion? is the narrated event presented as prior
to the speech event or not? Naturally, the attention of native speakers and
listeners will be constantly focused on such items as are compulsory in their
verbal code4 (Los idiomas difieren, esencialmente, en lo que deben expresar y no
en lo que pueden expresar. Cada verbo de una lengua dada plantea de modo
imperativo un conjunto de preguntas que deben responderse de forma afirmativa o
negativa, como por ejemplo: ¿el acontecimiento narrado se concibe con o sin
referencia a su cumplimiento?; ¿el acontecimiento narrado se presenta o no como
anterior al hecho verbal?). Naturalmente, la atención de los hablantes en lengua
materna se concentrará de manera constante en estos elementos, ya que son parte
obligada de su código verbal).
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Cuando un texto se traduce a un idioma cuya categoría gramatical no tiene
prevista dicha ambigüedad, el traductor está obligado a realizar una interpretación que el
autor no ha hecho, a llevar a cabo una elección y a optar por una visión que reprima la
potencialidad de las otras perspectivas.
Jakobson propone ejemplos muy interesantes. Se trata de traducir al ruso la
frase inglesa "I hired a worker". El traductor ruso debe tomar dos decisiones no previstas
por el autor en inglés; la primera, si el verbo "hired" presenta un aspecto perfectivo o
imperfectivo, lo cual tiene como consecuencia la elección entre "nanjal" y "nanimal"; la
segunda se refiere al género del trabajador, que obliga a elegir entre "rabotnika" y "rabotnicu".
Por otra parte, en la versión rusa no se sabrá si el trabajador/la trabajadora es un/una o
el/la, es decir, si se trata de una persona indefinida o de alguien de quien ya se ha hecho
referencia, en cuyo caso el artículo determinante adquiere un valor anafórico (a causa de la
ausencia de artículo en el idioma ruso).
Las observaciones sobre el uso de las categorías gramaticales se refieren
sobre todo a un empleo del lenguaje que no sea del todo racional. Si el lenguaje se emplea
de manera racional, el modelo gramatical pasa a un segundo plano, porque la definición de
nuestra experiencia está íntimamente ligada a una tarea constante de interpretación y
descodificación, en suma, a un trabajo de traducción. Es por tanto inconcebible que los
datos racionales sean intraducibles, pues esto implicaría nuestra incapacidad de entender
la experiencia racional en sí. La experiencia que puede resultar intraducible es la que
está presente "en chanzas, en sueños, en la magia, es decir, en lo que podemos denominar
mitología cotidiana y, por encima de todo, en la poesía"5 , donde las categorías gramaticales
tienen una importancia semántica enorme. El ensayo de Jakobson concluye con una referencia al
epigrama italiano rimado:
Traduttore, traditore6.
En la historia del estudio de la traducción, la cantidad de observaciones banales sobre el
tema es tan vasta que nos vuelve a sorprender la capacidad de Jakobson para realizar
reflexiones profundas, originales y de gran trascendencia científica.
En primer lugar, examinemos la traducción de este epigrama al inglés: si se tradujera como
"the translator is a betrayer", perdería todo su valor paronomástico (la paronomasia es la
yuxtaposición de dos palabras de similar sonido, o de una que es anagrama de la otra.) En
consecuencia, nos sentiríamos inclinados a adoptar un punto de vista más racional y hacer
explícito el aforismo, para responder a las siguientes preguntas:
¿Traductor de qué mensajes?
¿Traidor a qué valores?7
Con su elegancia y sutileza proverbiales, Jakobson invita al lector a intuir los motivos
que caracterizarán las partes siguientes de este curso, cuyo objetivo es eliminar muchos
de los lugares comunes que han plagado los estudios sobre traducción. ¿Traidor a qué valores?
Y en consecuencia, ¿qué se entiende por "fidelidad"? Ningún traductor, es de suponer
(y ningún amante) se enorgullecería abiertamente de su "infidelidad". Afirmar que las
traducciones han de ser "fieles al original" vale tanto como decir "Debemos portarnos
bien. No debemos portarnos mal". Los soldados a las órdenes del capitán francés J. de
Chabannes -señor de La Palice, que pereció en la batalla de Pavía (1525)-, lo recordaban
con estrofas de esta calaña: "Un cuarto de hora antes de morir / todavía estaba vivo".
Esto es fidelidad, aunque si estos soldados se comparan con algunos "científicos" de la
traducción, no pasaban de ser unos aficionados. Como es obvio, debemos ser fieles, pero
esto es algo indefinido -nos dice Jakobson entre líneas- si no establecemos a qué debemos
serlo.
¿Traductor de qué mensajes? Esta pregunta nos impulsa a indagar la complejidad
de la traducción, su naturaleza multifacética y, por consiguiente, la relatividad de la
pregunta. Debemos definir desde el principio los términos exactos de nuestro discurso si
deseamos desarrollar una labor de rigor científico. En este curso recurriremos con frecuencia
a las obras de Peeter Torop, titular de la cátedra de semiótica de la Universidad de Tartu,
de Estonia, y heredero científico y académico del gran estudioso Jurij Lotman. Su concepción
de la "traducción total" nos será de gran ayuda para responder a las preguntas de Jakobson.
BIBLIOGRAFÍA
JAKOBSON R. Language in Literature, ed. Krystyna Pomorska y Stephen Rudy, Cambridge (Massachusetts), Belknap Press, 1987.
1 Poèzija grammatiki i grammatika poèzii, 1960.
2 Grammatical Parallelism and Its Russian Facet, 1966
3 Jakobson 1987, p. 432.
4 Jakobsón 1987, p. 433. "Yet synonymy, as a rule, is not complete equivalence"
5 Jakobsón 1987, p. 433.
"in jest, in dreams, in magic, briefly, in what one would call everyday verbal mythology, and in poetry above all."
6 Jakobsón 1987, p. 435.
"¿translator of what messages?
betrayer of what values?"
7 Jakobsón 1987, p. 435.
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