En las unidades anteriores vimos los procesos que participan
en la actividad diaria que denominamos "traducción", así como la gran amplitud
de este concepto, dentro del cual la traducción interlingüística no es más que
una de sus múltiples expresiones.
Se dice que la traducción (interlingüística) es una de las actividades más
viejas del mundo y la Biblia es buena prueba de ello: sus versiones más antiguas
contienen palabras en arameo, partes en hebreo y, en lo que se denomina "Nuevo
Testamento", porciones en griego. No obstante, hasta la década de 1980 no
existía una disciplina específica dedicada a la traducción y sus problemas.
Es posible suponer que, dado que la traducción ha existido siempre,
pasó inadvertida durante siglos como un elemento natural más del paisaje
cultural, y aunque desde tiempos de Cicerón se dedicaron numerosos escritos al
asunto, nadie sintió ni expresó la necesidad de crear una disciplina específica.
Como compensación, varias artes o ciencias se han ocupado de la
traducción de manera más o menos marginal, desde la retórica a la narratología o
a la lingüística. No obstante, hasta hace poco tiempo nadie suponía que esta
imagen daría un vuelco tan rotundo, que podía llevarse a cabo una revolución
tolemaica que situara la traducción interlingüística, hasta entonces un satélite
intruso y provisional de las otras ciencias, en una posición más importante. La
traducción puede calificarse de sistema que tiene al concepto más amplio de la
traducción (total) como núcleo, alrededor del cual giran los diversos tipos de
traducción: textual, metatextual, intratextual y extratextual.
¿Cómo se denomina esta ciencia relativamente nueva? Recibe tantos
nombres que debemos recurrir a los traductores para entendernos.
Los investigadores angloparlantes la llaman "translation studies" o,
familiarmente, TS. De este modo han acuñado una locución intraducible para casi
todos los demás idiomas, al menos si no se quiere crear un residuo o pérdida
importante. El principal problema surge con la palabra "studies", que en otros
idiomas no siempre puede traducirse mediante el trámite de utilizar el plural
de la traducción de "study". Sin embargo, es evidente que una disciplina
llamada "translation studies" tiene una impronta científica y no deja dudas
sobre el objeto de dichos estudios.
Los franceses utilizan el término traductologie. Berman escribió
en 1985:
La percepción de la experiencia de la traducción como fenómeno ajeno
a todos los saberes objetivadores externos a ella (como la lingüística, la
literatura comparada o la poética) es lo que denomino traductologie1.
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Algunos estudiosos y traductores, incluidos los que traducen
del francés, piensan que "traductología" es una palabrota, no porque tenga un
carácter obsceno, sino porque la consideran estéticamente desagradable. Quizás
no serían muchos los investigadores de la traducción que disfrutarían exhibiendo
una tarjeta de presentación con la palabra "traductólogo", aunque no puede
negarse que en la construcción de esta palabra se han seguido criterios
ampliamente aceptados.
Los alemanes prefieren otra solución, que a primera vista puede parecer una
palabra demasiado larga: llaman a esta disciplina Übersetzungwissenschaft, es
decir, "ciencia de la traducción ", subrayando con mayor fuerza el carácter
científico que atribuyen a esta actividad, lo cual es más que bienvenido.
Los rusos, como alternativa, siguen un proceso análogo de composición de
palabras y utilizan perevodovédenie, que no significa con exactitud "ciencias
de la traducción ", ya que "ciencia" y "disciplina" suelen expresarse con la
palabra nauka. Védenie está a medio camino entre competencia y saber. Tiene una
antigua raíz indoeuropea: encontramos en sánscrito la palabra vida, que
significa, "conocimiento". Son afortunados los rusos, puesto que con el
sufijo -védenie resuelven muchos problemas terminológicos: literaturovédenie,
por ejemplo, significa "teoría literaria ", "narratología" y muchas otras
disciplinas semejantes.
En Italia se emplean muchos términos: traduttologia, scienza della traduzione, o
teoria e storia della traduzione, que es una denominación antigua e inadecuada
pues implica una distinción, ya superada, entre la teoría y la práctica de la
traducción, y que conserva el matiz de la lingüística aplicada a la traducción.
En España y Latinoamérica se utiliza traductología, estudios de traducción o
ciencia de la traducción.
En este curso utilizaremos el término "traductología", no porque
resulte especialmente agradable, sino porque es la única manera de expresar el
concepto en una palabra. Con esta elección pretendemos afrontar las cuestiones
relativas a la traducción con un enfoque que destaque su carácter científico.
Un estudioso de la Universidad de Tartu, Peeter Torop, que heredó
la cátedra de Jurij Lotman en el departamento de semiótica, escribió en 1995 un
libro titulado Total´nyj perevod [Traducción total], que próximamente editará
en inglés la editorial Guaraldi Logos2 . Compartimos el enfoque general que da
Torop a la investigación de la traducción y a continuación explicaremos el
sentido que da a la palabra "total", un adjetivo que puede atemorizar por el
valor absoluto que implica.
Para Torop, la traducción debe ser total por dos razones. El primero
es que por "traducción" nos referimos no sólo a la traducción interlingüística,
sino también a la metatextual, la intratextual, la intertextual y la
extratextual (en las unidades siguientes se verá qué se entiende por estas
definiciones). Creemos que el enfoque completo de los problemas generales de
la traducción tiene mayor posibilidad de obtener resultados científicos porque
la traducción, como proceso, es idéntica en todos los casos. Las diferencias
atañen sólo al producto inicial y al resultado final, que puede manifestarse o
no en forma de texto. A esto se debe que el proceso general de la traducción sea
el núcleo de nuestros estudios.
La segunda razón para considerar la traducción en un sentido total
es que, aunque valoramos las distintas contribuciones realizadas al estudio de
la traducción ante litteram, o antes de la existencia de esta ciencia, deseamos
impulsar la "búsqueda de una metodología abarcadora"3, la creación de una
ciencia de la traducción que hunda sus raíces en los estudios anteriores.
Al actuar de este modo nos enfrentamos a un obstáculo en apariencia
insalvable: cada ciencia cuenta con su propia terminología y, con frecuencia,
cada autor tiene sus preferencias personales respecto al uso de determinadas
palabras. Como consecuencia, puede haber dos ensayos que se ocupen del mismo
asunto aunque su contenido superficial sea distinto y los objetos del análisis
se denominen de manera diferente, en una especie de Babel pretraductológica.
Compartimos con Torop la esperanza de que los investigadores
traduzcan los resultados de sus estudios sobre traducción a un único
metalengüaje, y de que a continuación traduzcan los distintos métodos de
análisis a una sola metodología unificadora. Es decir, que los estudiosos
de la traducción, en primer lugar, traduzcan metodológicamente los resultados
de sus estudios sobre traducción a un lenguaje único, con el fin de utilizarlo
como base para investigar en un contexto científicamente homogéneo sin correr
el riesgo de ser incomprendidos por colegas y traductores.
BIBLIOGRAFÍA
BERMAN A. et al. Les tours de Babel. Essais sur la traduction. Ensayos de Antoine Berman, Gérard Granel, Annick Jaulin, Georges Mailhos, Henry Meschonnic, Mosé, Friedrich Schleiermacher. Mauzevin, Trans-Europ-Repress, 1985. ISBN 2-905670-17-7.
TOROP P. La traduzione totale. Ed. B. Osimo. Módena, Guaraldi Logos, 2000. ISBN 88-8049-195-4. Edición original en ruso: Total´nyj perevod. Tartu, Tartu Ülikooli Kirjastus [Tartu University Press], 1995. ISBN 9985-56-122-8.
1Berman 1985, p. 38.
2La edición en italiano se publicó en noviembre de 2000 (ISBN 88-8049-195-4). La edición en inglés se imprimirá en 2001.
3 Torop 2000, p. 24.
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EN LA RED (inglés)
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