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25 - Traducibilidad (primera parte)

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En la unidad anterior se vio que, en términos generales, la actividad traductiva debe contar con dos factores: la distancia cultural y la distancia lingüística entre el texto que se va a traducir (prototexto) y el idioma/cultura del texto que se va a producir (metatexto).

  Las repercusiones prácticas de este enfoque de la traducción son muchas. En primer lugar, la formación del traductor debe incluir, además de los conocimientos lingüísticos necesarios, el conocimiento específico de una o más culturas de la zona lingüística pertinente. Tomaremos el idioma inglés como ejemplo.

  En la mayoría de nuestros colegios, el segundo idioma que se enseña con mayor frecuencia es el inglés y, dentro del ámbito de dicha enseñanza, se transmiten algunos elementos de la cultura británica. En las facultades de traducción, los temas culturales relativos a la zona lingüística del inglés se refieren principalmente a la cultura británica. Este conocimiento es indispensable para los futuros traductores que se enfrentarán a textos británicos.

  Pero si los posibles textos para traducción pertenecen, por ejemplo, a las literaturas postcoloniales, o a la literatura angloamericana, será preciso contar con formación cultural relativa a estos países. De lo contrario, el traductor sólo podrá lograr la parte de la traducción que se refiera a la transcodificación lingüística.

  No existe unanimidad en cuanto al análisis de las influencias mutuas entre lengua y cultura. Según el estudioso B. L. Whorf, la lengua no es tanto un instrumento que permite expresar aspectos de una cultura determinada, como un sistema de catalogación, una sistematización de un conocimiento que de otro modo estaría desordenado. Esta percepción contradice el concepto tradicional de que, en la relación entre lengua y cultura, la primera tiene sólo la función de formular conocimientos adquiridos, con independencia de la capacidad lingüística. Siguiendo con el criterio de Whorf, si es el idioma el que da forma y sistema al conocimiento, en el caso de dos pueblos o dos personas que hablen idiomas distintos, con frecuencia tendrán distintas concepciones del mundo y no sólo distintas formulaciones de los mismos conceptos1. En opinión de M. Dummett, la existencia de los objetos depende de la lengua, es la lengua la que decide qué tipos de objetos se reconocen como existentes.

  Por otra parte, la teoría de Whorf destaca, de forma implícita, la importancia decisiva que tiene el aprendizaje de la lengua materna, ya que mediante ella el individuo aprende los mecanismos para sistematizar la experiencia. Según esta teoría, el aprendizaje de un idioma extranjero también encierra el aprendizaje de un concepto distinto del mundo, de una percepción distinta de la cultura. Whorf cree que no existe conocimiento sin una lengua materna y que, por tanto, los individuos multilingües no poseen un conocimiento unívoco.

  Más allá de esta concepción general de las relaciones lengua/experiencia/conocimiento, el pensamiento de Whorf no es de gran interés para el ámbito específico del traductor, dado que, cuando Whorf se ocupa específicamente de la traducción, se basa en la traducción palabra por palabra2. Desde el punto de vista de una teoría semiótica aplicada a la práctica de la traducción, el hecho de que la palabra que corresponde a "nieve" en esquimal cubra el campo semántico de varias palabras distintas no tiene un interés especial, ni significa que entre un esquimal y nosotros existan diferencias en cuanto a los procesos intelectuales. Todo lo que significa es que nuestras experiencias culturales son distintas.

  Desde el punto de vista de una teoría semiótica aplicada a la práctica de la traducción, el hecho de que la palabra que corresponde a "nieve" en esquimal cubra el campo semántico de varias palabras distintas no tiene un interés especial, ni significa que entre un esquimal y nosotros existan diferencias en cuanto a los procesos intelectuales. Todo lo que significa es que nuestras experiencias culturales son distintas.

  Sapir es concluyente al clasificar los textos en relación con la traducción. Según este famoso lingüista, el arte no lingüístico es traducible, mientras que el arte lingüístico no lo es. Sapir establece otra distinción entre los textos en los que prevalece el estrato que, de manera intuitiva, consideramos nuestra experiencia personal (contenido latente de la lengua) y los textos caracterizados por la naturaleza específica del idioma en el que fueron escritos. Los primeros son, como es obvio, más traducibles, al tener una vinculación menor con la estructura lingüística específica con que se formularon3.

  Hjelmslev afronta el problema de la traducibilidad mediante la división de los lenguajes en dos categorías: los restringidos, como por ejemplo los lenguajes matemáticos artificiales, y los no restringidos, que serían los lenguajes naturales. Según este lingüista danés, la traducibilidad está garantizada entre los lenguajes no restringidos (naturales) y también si se traduce de un lenguaje restringido a uno no restringido, aunque no a la inversa:

Any text in any language, in the widest sense of the word, can be translated into any unrestricted language, whereas this is not true of restricted languages. Everything uttered in Danish can be translated into English, and vice versa, because both of these are unrestricted languages. Everything which has been framed in a mathematical formula can be rendered in English, but it is not true that every English utterance can be rendered in a mathematical formula; this is because the formula language of mathematics is restricted, whereas English language is not4. (Cualquier texto en cualquier lengua, en el sentido más amplio de la palabra, puede traducirse a cualquier lengua no restringida, mientras que esto no sucede con las lenguas restringidas. Todo lo que se exprese en danés puede traducirse al inglés, y viceversa, porque se trata de dos lenguas no restringidas. Todo lo que se encierre en una fórmula matemática puede expresarse en inglés, pero no es posible expresar con fórmulas matemáticas todo enunciado en inglés. Esto se debe a que el lenguaje de las fórmulas matemáticas es restringido, mientras que la lengua inglesa no lo es).

  W. V. Quine es un estudioso de la lengua que ha realizado importantes contribuciones a la teoría de la traducción y que puede, por lo tanto, ser de gran ayuda para aclarar el concepto de traducción. Quine establece una diferencia entre el home language, el lenguaje que se utiliza en el hogar, y el native language, la lengua materna. Toda persona descubre con prontitud que el native language que hablan sus compatriotas no siempre coincide con su home language, y por lo tanto, para poder entender, se ve obligado a someter sus enunciados a una traducción radical (radical translation) que permite diferenciar el significado y la pronunciación de las mismas palabras dependiendo de que se expresen en familia o en el ámbito más amplio de la comunidad que utiliza su lengua5.

  El hecho de que cada palabra adquiera una pronunciación o un significado distintos en función del contexto en el que se formulan de manera empírica, así como la consiguiente imposibilidad de formular los criterios de una única traducción posible para cada enunciado, da lugar al concepto de Quine del carácter indeterminado de la traducción (indeterminacy of translation). Dado que el lenguaje familiar es el que proporciona la energía para afrontar la lengua de los demás hablantes, podemos habituarnos a la indeterminación teórica (polisemia) de los significados lingüísticos y la traducción pasa a ser el instrumento principal para aprender la lengua y sus matices semánticos. Por otra parte, un hablante competente es siempre un buen "traductor", en particular en el sentido intralingüístico e intracultural, aunque este razonamiento, por razones obvias, no puede extenderse a la traducción interlingüística profesional.

  Para Quine, el concepto de la traducción se refiere en primer lugar a la traducción intralingüística. En la unidad siguiente examinaremos el pensamiento de otros estudiosos respecto al concepto de la traducibilidad.


BIBLIOGRAFÍA

BROWN R. Words and Things. An Introduction to Language. New York, The Free Press, 1968.

HJELMSLEV L. Prolegomena to a Theory of Language Ed. or. Omkring Sprogteoriens Grundlæggelse, København, Festskrift udg. af Københavns Universitet, 1943.

QUINE W. V. Ontological Relativity, en The Journal of Philosophy, n. 65, p. 7, 1968.

SAPIR E. Language. An Introduction to the Study of Speech. New York, Harcourt, Brace and Co, 1921.

WHORF, B. L. Language, thought, and reality; selected writings. editado por John B. Carroll. Prefacio de Stuart Chase. Cambridge (Massachussets), Technology Press of Massachusetts Institute of Technology, 1956.




1 Whorf 1956.
2 Brown 1968, p. 231.
3 Sapir 1921, p. 237-238.
4 Hjelmslev 1973, p.122.
5 Quine 1968, p. 198,199.





 



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