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27 - Traducibilidad (tercera parte)

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Una vez aceptado el hecho de que el proceso traductivo, como vimos en la unidad anterior, es una interpretación racionalizada que impide al lector del metatexto leerlo con todas las ambigüedades y posibilidades de interpretación de que dispone el lector del prototexto, debemos afrontar el problema del residuo traductivo, es decir, cómo expresar el contenido de pensamiento que la traducción elimina con su proceso de racionalización y cómo informar al lector del metatexto de este proceso de obligada racionalización.

  Torop propone aprovechar las oportunidades que ofrece un libro: dado que un texto traducido adopta la forma de una publicación, las partes del texto que son intraducibles, las opciones de interpretación que el traductor niega al lector del metatexto, la presencia de términos culturales (realia) que dificultan la comprensión en la cultura receptora, «pueden "traducirse" en el comentario, en el glosario, en el prefacio, en las ilustraciones (mapas, dibujos, fotografías) y demás»1.

  De otro modo, si el traductor opta por una traducción "transparente" o imperceptible, en la que el trabajo de interpretación y racionalización es inconsciente para el traductor (porque no comprende las diferencias lingüísticas y culturales entre el prototexto y el metatexto), u ocurre de manera oculta (el traductor racionaliza y simplifica el texto y tala del árbol las ramas de las posibles interpretaciones, pero presenta al lector el árbol podado como si estuviera entero), el resultado será la anulación de las responsabilidades del lector y la negación de las diferencias culturales.

  Coincidimos con Torop cuando afirma que uno de los fines duties

de las tareas de traducción es (idealmente) la oposición a la neutralización cultural, a la equiparación niveladora, que lleva a muchas sociedades, en un caso, a la indiferencia hacia las "señas" culturales del autor o del texto (sobre todo en las naciones multiétnicas), y en otro a la búsqueda de la identidad nacional o las raíces culturales. Incluso en países democráticos desarrollados existen casos no de traducción total, sino totalitaria, es decir, de una "reescritura" reideologizante (en el sentido más amplio de la palabra) de la traducción2.

Es un problema de especial actualidad, caracterizado por un aumento vertiginoso de las posibilidades y la velocidad de la comunicación mundial. Los instrumentos técnicos, en sí, ofrecen posibilidades colosales de transferencia de información en todo el mundo. Depende del usuario que esta fuerza se utilice para la homogeneización de las culturas y las lenguas en una masa única y globalizada o, por el contrario, que los medios técnicos sirvan para reforzar las diferencias culturales y difundir las peculiaridades culturales que en el pasado han tenido poco peso en la interacción de la semiosfera.

  Preferimos la segunda opción y luchamos contra lo que Torop denomina con justicia la "traducción totalitaria", es decir, la apropiación indebida de otras culturas y la reideologización de los textos con el fin de minimizar su impacto en la cultura dominante, de facilitar su digestión, de simplificar y ofrecer sus productos a un público cada vez menos consciente de su propia identidad cultural y de las otras culturas con las que se relaciona.

  En este sentido, el traductor tiene una misión crucial: puede conservar las diferencias culturales e introducirlas como tales en la cultura receptora, o negar la existencia de dichas diferencias y apropiarse subrepticiamente de lo que pertenece a otra cultura.

  Holmes, el fundador de la traductología como disciplina, propuso un modelo muy eficaz para describir las opciones del traductor en este contexto de la dialéctica propio/ajeno. Holmes sostiene que el traductor se mueve en tres ámbitos distintos: el contexto lingüístico, el intertexto literario y la situación sociocultural. En estas tres esferas, el traductor puede optar por una mayor o menor conservación de los elementos ajenos en el texto traducido a lo largo de dos ejes: la exotización frente a la naturalización y la historización frente a la modernización:

Each translator of poetry, then, consciously or unconsciously works continually in various dimensions, making choices on each of three planes, the linguistic, the literary, and the socio-cultural, and on the x axis of exoticizing versus naturalizing and the Y axis of historicizing versus modernizing 3 (Así, todo traductor de poesía, de manera consciente o inconsciente, actúa siempre en distintas dimensiones y toma decisiones en tres planos: el lingüístico, el literario y el sociocultural, así como en el eje X de la exotización frente a la naturalización, y en el eje Y de la historización frente a la modernización).

En otras palabras, y según la perspectiva de Holmes, existe un eje diacrónico, a lo largo del cual se mide la distancia cronológica o histórica entre el original y la traducción. A lo largo de este eje, el traductor puede optar por la conservación del elemento histórico (historización) o por su adaptación al tiempo de la traducción (modernización). Por otra parte, hay un eje sincrónico, a lo largo del cual se miden y contrastan las diferencias culturales, no en periodos históricos concretos sino en diversas áreas. A lo largo de este eje, el traductor puede optar por la conservación de los elementos ajenos (exotización) o por su adaptación a la cultura receptora (naturalización, o mejor aún, familiarización o domesticación).

  Como es obvio, la historización y la exotización son opciones que tienden a mantener los elementos ajenos en la traducción, mientras que la modernización y la naturalización se inclinan por negar las diferencias diacrónicas y sincrónicas.

  Apoyándose en este modelo, Holmes cree posible describir la actitud de una cultura frente a la traducción. El prestigioso investigador sostiene que, por ejemplo, en el siglo XVIII se registra una tendencia general hacia la modernización y la naturalización de los textos traducidos (por ejemplo, recuérdese el caso de les belles infidels en Francia); en el romántico siglo XIX hubo, según Holmes, una mayor tendencia hacia la exotización y la historización, en tanto que en el siglo XX la situación es más compleja:

Among contemporary translators, for instance, there would seem to be a marked tendency towards modernization and naturalization of the linguistic context, paired with a similar but less clear tendency towards in the same direction in regard to the literary intertext, but an opposing tendency towards historicizing and exoticizing in the socio-cultural situation 4 (Por ejemplo, algunos traductores contemporáneos parecen mostrar una fuerte inclinación por la modernización y la naturalización del contexto lingüístico, unida a una tendencia parecida, aunque menos definida, en el intertexto literario y, sin embargo, muestran una tendencia opuesta hacia la historización y la exotización en la situación sociocultural).

Esta tendencia se observa con claridad en ciertas colecciones de libros.

  Las siguientes unidades tratarán sobre la gran importancia de las investigaciones de JUrij Lotman respecto a la definición de la traducibilidad.


BIBLIOGRAFÍA

HOLMES J. S. Translated! Papers on Literary Translation and Translation Studies. Amsterdam, Rodopi, 1988. ISBN 90-6203-739-9.

TOROP P. La traduzione totale. Ed. de B. Osimo. Módena, Guaraldi Logos, 2000. ISBN 88-8049-195-4. Ed. or. Total´nyj perevod. Tartu, Tartu Ülikooli Kirjastus [Tartu University Press], 1995. ISBN 9985-56-122-8.




1 Torop 2000, p. 129.
2 Torop 2000, p. 129-130.
3 Holmes 1988, p. 48.
4 Holmes 1988, p. 49.





 



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