Charles Sanders Peirce (1839-1914), que nunca
mantuvo una cátedra universitaria estable, dedicó su vida a la
investigación, escribió millares de páginas y concibió una de las
dos grandes corrientes de la semiótica. Saussure sentó las bases
de la otra, el estructuralismo. Las obras de Peirce se publicaron
mucho tiempo después de su muerte y, por esa razón, tras casi un
siglo de ella, su pensamiento permanece en parte inexplorado.
La estudiosa austriaca Dinda Gorlée
ha consagrado muchos de sus esfuerzos al estudio de las posibles
aplicaciones de las teorías de Peirce a la traductología y ha analizado
la traducción (la traducibilidad) desde el punto de vista de la semiótica
de Peirce. También incorporó el término semiotraducción al lenguaje científico.
Según Peirce, un signo, o representamen,
es una cosa que representa a otra en cierto aspecto o condición y que
se dirige a alguien, es decir, crea en la mente de esa persona un signo
equivalente o más desarrollado 1.
En otras palabras, existe una tríada signo-objeto-interpretante,
donde "interpretante" representa la imagen mental que nos provoca un signo.
Si, por ejemplo, leo la palabra "gato",
esta palabra provoca una reacción en mi mente, una imagen o signo psíquico,
que describe en ella, en lenguaje no verbal, mi noción personal, mental
(y en parte inconsciente) de "gato". Este signo psíquico es individual,
subjetivo y diferente para cada persona. Tiene, por una parte, una relación
con el signo verbal "gato" (la palabra), y por otra una relación con el
"objeto" gato (el animal).
Según quedó dicho en las unidades anteriores
dedicadas a la traducción como proceso mental, en la traducción no existe
una vinculación directa entre un signo verbal del original y el signo verbal
de la traducción o metatexto. Cada signo verbal, así como cada grupo de signos
verbales, provoca en primer lugar el signo psíquico subjetivo en la mente del
traductor, a partir del cual éste proyecta hacia la lengua/cultura de la
traducción otro signo verbal o grupo de signos verbales.
Resulta evidente, según el concepto de Peirce,
que cada acto de lectura es una interpretación subjetiva y variable en el tiempo
del texto leído.
The translated equivalents (in semiotic terminology, the interpretants) cannot, of course,
be more than a guide, the invention of the translator (Los equivalentes traducidos
[en terminología semiótica, los interpretantes] no pueden, como es natural, actuar más que
como guía, como una invención del traductor) 2.
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La noción de "traducibilidad", en términos de Peirce, arroja una luz muy original
sobre este asunto, en especial porque el sentido de un acto de traducción varía en el tiempo, el espacio y la cultura
al estar condicionado por el contexto lingüístico, cultural e histórico en el que se recibe.
Original works are, and often remain over time, authentic, autonomous, unique, and hence essentially
irreplaceable entities. A translation, however, lacks the stability of an original work and becomes
ossified as a dated text-sign (Las obras originales son, y el tiempo no modifica esto, entidades auténticas,
autónomas, únicas y, por lo tanto, fundamentalmente irremplazables. Una traducción, por su parte, carece de
la estabilidad de una obra original y se fosiliza como un signo-texto obsoleto )
3.
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Esto no se debe sólo a que cada traducción es una interpretación subjetiva referida a un contexto
diacrónico preciso, sino también a que todos los sistemas de signos están destinados a pasar de un estado de caos a
un estado de orden, de una situación de fantasía a un estado de racionalidad.
Nothing is ever fixed: all sign and sign-systems move from a more chaotic, surprising, paradoxical,
etc. state and go through translation towards a more ordered, predictable, ratuionalized state [...]
Meaning as meant by new translations is destined to remain relative, because the truth can only be
reached in the hypothetical long run. New patterns from new translations and from new translators may
arise from seemingly nowhere. Instead of eternity, Peircean translations are provided by chance
(Nada es inalterable: todos los signos y sistemas de signos surgen en un estado caótico, inesperado
o paradójico y pasan a través de la traducción a un estado más ordenado, previsible y racionalizado
[...] El significado, tal como lo plantean las nuevas traducciones, está destinado a ser relativo,
porque la verdad sólo puede alcanzarse tras un largo proceso hipotético. Nuevos patrones de nuevas
traducciones y nuevos traductores pueden surgir aparentemente de la nada. Las traducciones de Pierce
proceden del azar, no de la eternidad)4.
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Tras estas premisas, ¿qué queda del concepto de "traducibilidad"? En primer lugar, es
obvio que todo lo que suscite un interpretante en un traductor es traducible. Dicho de otro modo, todo signo es, de
una manera u otra, traducible. No obstante, dicha traducibilidad tiene un valor efímero, hasta el punto de que la
propia noción de "traducibilidad" se vuelve redundante:
It cannot be emphasized enough that translations become obsolete because the general and specific
cultural context (such as the parameters of the communicative task of the translator and the expressive
functionality of the text, original as well as translated) changes continuously, thereby undermining
questions such as translatability vs. untranslatability and fidelity vs. infidelity, and making them
wholly redundant5.(Es indudable que las
traducciones se vuelven obsoletas porque el contexto cultural, tanto general como específico [que
incluye, por ejemplo, los parámetros de la tarea de comunicación del traductor y la funcionalidad
expresiva del texto original y del traducido], varía de continuo y erosiona cuestiones como las de
traducibilidad frente a intraducibilidad y fidelidad frente a infidelidad, haciéndolas del todo redundantes).
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De esto se desprende que una traducción nunca puede considerarse "acabada" y es siempre susceptible
de mejora. No es posible hablar con propiedad de "edición estándar " o "versión autorizada ", salvo desde una
perspectiva meramente comercial: desde un punto de vista semiótico, una versión es, por su propia naturaleza,
provisional, y la locución "versión estándar" es una contradicción 6.
La traducción interlingüística es una comparación dinámica de dos culturas que termina por
subrayar y complicar las diferencias, a veces irreconciliables, entre los dos idiomas y las dos culturas
7.
La traducibilidad es otra manera de definir el parámetro de la diferencia entre dos
culturas en un tiempo dado y con una perspectiva determinada.
En la siguiente unidad se empezará a tratar el problema de la traducibilidad tal como
lo enfrenta y estudia el investigador estonio Peeter Torop.
BIBLIOGRAFÍA
GORLÉE D. L. Semiotics and the Problem of Translation with Special Reference to the Semiotic of Charles S. Peirce.
Alblasserdam, Offsetdrukkerij Kanters, 1993.
PEIRCE C. S. Collected Papers of Charles Sanders Peirce,
8 vol., Cambridge (MA), Belknap Press, 1931-1966.
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