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3 - Aprendizaje de un idioma extranjero frente al aprendizaje de las técnicas de traducción

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El aprendizaje de las técnicas de traducción sólo puede emprenderse tras haber estudiado uno o más idiomas extranjeros.

Los centros de traducción universitarios exigen para la admisión que el aspirante demuestre que cuenta con título de bachillerato o universitario. En cualquier caso, quien se inicia en el arte de la traducción suele haber estudiado idiomas durante algunos años.

Es por tanto fundamental que el espirante a traductor conozca claramente las diferencias que existen entre el aprendizaje de una lengua extranjera y el de la traducción.

Cuando se estudia una lengua extranjera se sigue una serie de procedimientos habituales: traducción junto con dictado, comprensión oral, conversación y ejercicios de gramática. No es nuestra intención juzgar esta aplicación de la traducción ni es el objeto de este curso. Lo que deseamos dejar claro es que la traducción destinada al aprendizaje de un idioma extranjero es distinta de la traducción que se realiza para producir un texto, que es lo que se aprende en los cursos de traducción universitarios.

Para la enseñanza de un idioma suelen crearse textos destinados específicamente a tal fin o adaptar otros para que los estudiantes sorteen determinadas dificultades, que deben corresponder a su nivel de conocimiento del idioma extranjero.

Normalmente, los textos empleados son siempre los mismos y la corrección deviene en una tarea mecánica, puesto que el profesor sabe de antemano cuáles son los errores posibles. Una frase puede tener varias soluciones de traducción, pero todas deben cumplir un requisito: permitir al profesor que compruebe si el alumno ha adquirido determinadas nociones y que comprende el significado y la sintaxis de la frase.

J. Delisle, una de las mayores autoridades mundiales del campo lingüístico y de la traducción, expresó con claridad las características de la transición desde el estudio de una lengua al estudio de la traducción.

[...] La traducción académica tiene poco en común con la traducción profesional. No comparten los mismos objetivos: la primera está totalmente integrada en un método de adquisición de lenguaje, en tanto que la segunda es un proceso de comunicación. Por definición, la traducción académica precede a la profesional. Por consiguiente, es necesario concebir la metodología del proceso de aprendizaje teniendo en mente la traducción profesional y no la académica. No es lo mismo enlazar conceptos distintos para reformular un mensaje sujeto a los imperativos de la comunicación, que asimilar una lengua extranjera o la cultura que constituye su medio natural [...] ¹.


¹ Delisle, pp. 45-6.


Cuando se enseña un idioma, la función de la traducción es ofrecer al alumno un vocabulario específico y las estructuras sintácticas más comunes, de modo que pueda crear modelos aplicables a frases distintas.

Por ejemplo, la frase siguiente está tomada de un libro de texto en inglés:

We're tired. We've been studying since 2 o'clock.


Es obvio que los autores del libro crean la frase para enseñar a describir una acción, iniciada en el pasado y aún inconclusa. Es también evidente que la frase no es del todo verosímil, salvo en un contexto de aprendizaje de un idioma. Es bastante improbable que una persona de habla inglesa utilizara este tipo de frase.

En la enseñanza de la traducción es importante, en primer lugar, indicar que el texto no es artificioso, es decir, que no se ha improvisado para analizar una dificultad concreta del idioma, sino que es un texto "real" creado de manera espontánea por alguien que lo pronuncia o lo escribe. De esto derivan varias consecuencias.

En primer lugar, la frase anterior en inglés no ofrece dificultades de interpretación. Las traducciones que puedan hacerse pueden tildarse de "correctas" o "equivocadas", en lo cual reside exactamente la función del educador, que así determina el grado de conocimientos del educando.

· Las expresiones verbales espontáneas en lengua materna extraídas de contexto (la situación en la que se pronuncian) y de cotexto (las palabras inmediatamente anteriores y posteriores a la frase) pueden tener una interpretación dificultosa o ambigua. Por ejemplo, a la frase

Is he gonna make it?

aislada de contexto y cotexto es muy difícil otorgarle una interpretación unívoca. El sentido real sólo puede deducirse si se consideran ciertos elementos fundamentales de los que carece la frase. Ésta no aparecería en un libro de texto para el aprendizaje del inglés como lengua extranjera, pero un traductor sí podría enfrentarse a ella.

Por esta razón, una parte importante de este curso se consagrará a la interpretación, las posibilidades interpretativas y las ambigüedades intrínsecas de un texto, así como a su tratamiento.

· Otra diferencia entre un texto académico y uno auténtico reside en los instrumentos que pueden utilizarse para la traducción.

Para un texto académico se utiliza un diccionario bilingüe como principal instrumento. Es más, con frecuencia se incluye como apéndice del libro de texto un diccionario bilingüe, con la comodidad añadida para el alumno de que contiene exactamente el vocabulario que necesita conocer. Los términos se presentan con una traducción que no es sólo la posible, sino la estrictamente necesaria para que el estudiante realice los ejercicios de la manera establecida por el autor del libro.

Dicho en otras palabras, para enseñar un idioma se crea en primer lugar un sistema de ejercicios y textos acomodado a determinados límites (normas, vocabulario) y a continuación un diccionario que satisfaga las necesidades de dicho sistema

    ejercicio  
   
autor del libro de texto libro de texto diccionario
   
    estudiante  


Como puede observarse en el diagrama, es un sistema cerrado, de autorreferencia, en el que todos los elementos cuentan y que permite evaluar claramente el grado de aprendizaje alcanzado. Sin embargo, al ser un sistema cerrado, no comparte necesariamente elementos comunes con un sistema más abierto y amplio, que es el universo al que ha de enfrentarse el traductor.

En partes sucesivas de este curso se tratará el problema de los instrumentos del traductor y se analizarán, en particular, las limitaciones e inconveniencias que presenta un diccionario bilingüe.

· La tercera diferencia entre un texto académico y uno auténtico es el objetivo de la traducción. El estudiante que traduce para su profesor de idioma debe presentar un resultado que evidencie sus conocimientos. La frase producida para esta función no suele evaluarse lingüísticamente, sino como prueba de que se han aprendido ciertas reglas y un vocabulario. Por lo tanto, volviendo al ejemplo de la frase en inglés del libro de texto, si un estudiante presentara la traducción

Estamos fatigados. Hemos estudiado desde las dos en punto.

es posible que el profesor se diera por satisfecho con los resultados que ofrece su estudiante. Pero si la frase se examina detenidamente, saltan a la vista ciertas características:


· Es una frase que un hispanohablante difícilmente pronunciaría fuera de un curso de idioma.

· Un traductor deberá preguntarse quién es el destinatario de la frase, el lector, y moldearla de manera que sea tan creíble y natural como si la pronunciara una persona de habla hispana (siempre que la frase original fuera tan verosímil como si la hubiera expresado un angloparlante).

· Un traductor debe preocuparse del registro, en tanto que un estudiante trata sólo con un lenguaje artificial que tiene, por ello, un registro artificial y que es tan anónimo como un libro de texto.


Dicho de otro modo, el estudiante de idioma produce una frase para evaluación, mientras que un traductor genera un texto para ser usado (leído o escuchado). Y para utilizar dicho texto de la manera más adecuada al destinatario y al contexto, es necesario examinar las normas que regulan la comunicación, que es algo que se hará en partes sucesivas del curso.

Lo anterior no excluye que en ciertos casos el traductor tema sentirse "evaluado" o juzgado por los lectores o la crítica, lo cuál podría inducirle a proponer una traducción que responda más a la fluidez que a la estructura filológica del original. Esta actitud, en cierto sentido, lo alejaría del rumbo ideal. Sería aconsejable, por otra parte, que quien desee criticar un texto traducido expresara su opinión una vez leído el original y que no se contentara con leer sólo el resultado. Sólo debe ser fluida la traducción de un texto fluido. Pero esto se tratará más adelante.


BIBLIOGRAFÍA

Delisle, J. L'analyse du discours comme méthode de traduction. Initiation à la traduction française de textes pragmatiques anglais. Ottawa, Éditions de l'Université d'Ottawa, 1984.




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