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14 - Fidelidad (primera parte)

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«[...] me acuerdo de lo que dije hace mucho, al hablar del narrador y el autor que tienen aquí el mismo nombre»1.

"I remember what I said long ago, in speaking of the narrator and the author who have the same name here"
2.

Las traducciones deben ser fieles. Sobre este requisito existe un consenso general en la comunidad científica y entre los traductores. Naturalmente, siempre que a nadie se le ocurra plantear qué se entiende por "fidelidad". Porque en tal caso, uno se da cuenta de que el consenso se logra si se considera la "fidelidad" algo impreciso, genéricamente positivo, que se corresponde vagamente con la "bondad". Una buena traducción es siempre fiel, y una traducción fiel siempre es buena. Tout se tient.
  El asunto de la fidelidad se trata en este curso con el fin de librarnos de una categoría que carece de todo rigor científico, que resulta improductiva y que genera confusión dentro de los estudios de la traducción. Empezaremos por tratar de comprender su valor aproximado basándonos en las definiciones de los diccionarios. En un diccionario de español, se define "fidelidad" de la manera siguiente:

Puntualidad, exactitud en la ejecución de una cosa, especialmente en la reproducción de un dechado.3

 

  Guralnik, en el diccionario Webster, dice de "faithful":

3. accurate; reliable; exact [a faithful copy]4.

 

Tal como puede observarse, en ambos casos el significado de la palabra que mejor se asocia con "traducción" se refiere a exactitud, precisión o conformidad (no es envidiable la tarea del traductor jurado que debe garantizar la vagamente definida "conformidad" del texto producido respecto al original.) Giacomo da Lentini (1250) definió la "fe" como la "adhesión incondicional a un hecho, a una idea", y para Giamboni era "adhesión de alma y mente a una verdad religiosa revelada o sobrenatural" (1292), en tanto que para Paolo Giovio, "fidelidad" significa "conformidad con el original" (1550)5.
  El concepto de "conformidad", tal como sugiere la definición de Giovio, es metafísico y subjetivo, porque no hay dos objetos idénticos (aplicando al concepto de objeto la interpretación semiótica de la tríada signo-interpretante-objeto), ni criterios precisos, científicos, medibles y reproducibles en función de los que dos objetos puedan considerarse generalmente "conformes" o "disconformes". La fidelidad, tal como sucede a veces en la esfera religiosa, se prefigura como un concepto incalculable basado en la autorreferencialidad, en una referencia interior: "es fiel quien cree", de donde "es fiel quien cree ser fiel".
  Si aceptamos estos términos, la fidelidad de una traducción es indiscutible si el traductor declara que ha sido "fiel". Es un axioma que puede aceptarse o rechazarse, pero no discutirse; es lo que sucede a los fieles respecto a la existencia de Dios, que en la Biblia se define como "Yavé", o "YO SOY El que Soy"
6. Es una invitación a no entrar en discusiones, a sólo aceptar o rechazar (por fe, tal como sucede con los files y con los ateos, respectivamente) o a dejar el discernimiento en suspenso (como en el caso de los agnósticos).
  Creo que es imposible definir la "fidelidad", incluso en un ámbito en el que las distinciones deberían ser más sencillas y prácticas, como el del matrimonio. ¿En qué punto acaba la fidelidad del cónyuge: es necesario cultivar una relación constante y paralela, o una relación sexual evidente, o un beso, o una caricia (o en estos casos, la definición de "fidelidad" depende de la parte del cuerpo implicada), o es suficiente una relación epistolar, la composición de poemas inspirados, los regalos, las sonrisas, o simplemente la fantasía de la promiscuidad sexual (pecado de pensamiento)? Como puede advertirse, si se recorren las definiciones de "fidelidad" de principio a fin, el grupo de fieles se reduce de manera ostensible, hasta su práctica desaparición.
  En la parte de este curso dedicada a la adaptación hemos visto que en, en lo que atañe a la traducción, es uno quien debe decidir a quién o a qué corresponde la supuesta fidelidad. ¿Se trata de la fidelidad al prototexto? ¿A la cultura de origen? ¿Al lector modelo (y a cuál)? ¿A la cultura receptora? ¿A uno de los dominantes? ¿Al canon?
  Así pues, el concepto de "fidelidad" ha traspasado los siglos en los escritos de personas que hablaban de la traducción sin trazar un diseño coherente y reconstruible.
  En el siglo XVII, tuvo una gran difusión en Francia la teoría de las supuestas belles infidèles, las traducciones "libres". Una difundida noción machista dividiría a las mujeres en dos grupos: las bellas (por lo tanto, infieles) y las feas (necesariamente fieles); así se clasificaron también las traducciones. Las "feas" se consideran "fieles" porque siguen paso a paso la estructura sintáctica y léxica del original. Las "bellas" deberían ser infieles porque no lo hacen, anteponiendo a la sintaxis del original la más aceptada en la cultura receptora, y al léxico del original un léxico producido de manera autónoma.
  Esta concepción de la fidelidad y la infidelidad, y la preferencia de la segunda ante la primera, ya quedó sancionada en el año 46 a.C. por Cicerón, en la obra titulada Libellus de optimo genere oratorum. La frase más citada y significativa dice:

Traduje como orador, no como intérprete de un texto, con las mismas expresiones del pensamiento, con la misma representación, con un vocabulario adecuado a la índole de nuestra lengua. Me esforcé en no reproducir palabra por palabra, sino en mantener el carácter y la eficacia de las palabras mismas. Porque pensé que no era conveniente para el lector darle moneda por moneda, palabra tras palabra: preferí pagar lo adeudado al contado7.

 

En este pasaje queda claro que la adaptación de textos propuesta por Cicerón se acerca más al sentido de la funcionalidad de la lectura que a la precisión filológica. Tan es así que afirma traducir "como orador", es decir, como una persona que desea que se le entienda bien y con facilidad, no "como intérprete", no como un filólogo hermeneuta del original.
  En este caso, el concepto de la "traducción fiel" se considera análogo a la "traducción palabra por palabra"; sin embargo, esta perspectiva de más de dos mil años de antigüedad no es la única posible para entender la "fidelidad".
  En la unidad siguiente trataremos la evolución de dicho concepto a lo largo del periodo romántico, precisamente con Wilhelm von Humboldt.

  

BIBLIOGRAFÍA

CICERÓN, MARCO TULIO De optimo genere oratorum.

CORTELAZZO M. ZOLLI P. Dizionario etimologico della lingua italiana, Bologna, Zanichelli, 5 v., v. 2, D-H, 1980.

ESPASA, Diccionario enciclopédico, Madrid, 1992, ISBN 84-239-7538-X.

GURALNIK D. B. Webster's New World Dictionary of the American Language, Cleveland (Ohio), Collins, 1979, ISBN 0-529-05324-1.

MARÍAS J. Negra espalda del tiempo, Punto de lectura, 2000 (edición original 1998), ISBN 84-663-0007-7.

MARÍAS J. Dark Back of Time, New York, New Directions, 2001 (traducción de Esther Allen), ISBN 0-8112-1466-4.


1 Marías 2000, p. 418.
2 Marías 2001, p. 336.
3 Espasa 1992.
4 Guralnik 1979.
5 Cortelazzo Zolli 1980, v. 2, p. 422.
6 Esodo, 3, 14.
7 Cicerón 1973, p. 33. Énfasis añadido.





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