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39 - Cómo traducir los realia

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«Contar es lo que más mata y lo que más sepulta, lo que fija y dibuja y hiela nuestro rostro o el perfil o la nuca»1.

"Telling the story is what kills, what entombs, what secures and delineates and solidifies our face, profile or nape"2.

Por lo explicado en la unidad anterior, resulta obvio que las relaciones y a veces los equilibrios de poder entre las culturas influyen también en la traducción de los realia. Si, como hemos visto, en los diccionarios de la mayoría de los idiomas existe una fuerte presencia de palabras inglesas, esto es un signo evidente de una mayor predisposición a aceptar los realia de los textos procedentes de las culturas de habla inglesa, que a realizar el esfuerzo de entender el significado y la contextualización cultural de los realia provenientes de otras culturas, menores en el plano de la visibilidad internacional.

Debo añadir que la lengua inglesa es muy heterogénea, porque en ella convergen las tradiciones germánicas, románicas, latinas y griegas y, tal vez por esa facilidad de apropiación y uso de palabras "remotas", la tasa de absorción de palabras no inglesas es altísima. Así pues, no se trata sólo de un predominio cultural, político y económico de Estados Unidos, sino también de una ductilidad cultural y lingüística. En cierto sentido, el inglés estadounidense también se ha convertido en una de las lenguas más habladas del mundo porque muchas culturas y tradiciones no inglesas han hallado cobijo en su interior, al ser Estados Unidos, tradicionalmente, el punto de encuentro de emigrantes de todas las latitudes.

En este sentido, corresponde al traductor (o a su empleador, cuando éste le dicte la estrategia) optar por una mayor o menor visibilidad de la cultura originaria del texto (o a la que éste haga referencia). El traductor suele ser el eslabón de la cadena de comunicación de la semioesfera del que depende la conservación —o eliminación— de los datos de la realidad de la cultura emisora, así como la velocidad de comunicación dentro del gigantesco macrosistema semiótico que es el mundo.

Por último, sobre la elección entre transcripción y traducción pesa otra variable cultural: la posible presencia de homónimos interlingüísticos.

En lo que respecta al lector modelo, la elección entre transcripción y transliteración debe estar determinada por la naturaleza pragmática o estética del texto. En el primer caso, las opciones estarán fundamentalmente dictadas por sus finalidades prácticas, sin dejar lugar a la interpretación personal.

Si se trata de un texto artístico, se debe distinguir entre el lector de masas y el lector culto. Sin embargo, tal distinción no es siempre posible o deseable.

Las ediciones dirigidas a un público concreto sólo son factibles en los idiomas que cuentan con gran número de hablantes y una tasa elevada de lectores. Por ejemplo, el italiano es hablado en el mundo por un número de personas comparativamente bajo, entre las que la tasa de lectores es muy baja. Por esa razón, cuando se prepara la edición de un clásico, por ejemplo, no se dirige a un tipo de lector determinado, ya que debe satisfacer, al menos es la intención, el gusto de todos los lectores, desde el viajero suburbano al filólogo.

Por el contrario, el número de lectores en lengua inglesa es mucho más amplio, lo que permite proyectar ediciones dirigidas a un objetivo más preciso: ediciones económicas para el gran público, ediciones filológicas para los estudiosos, ediciones sin notas ni prefacio, con realia traducidos y de fácil lectura, para lectores "ocasionales", y ediciones con gran aparato crítico, transliteración de realia (tal vez con notas al pie) y una sola línea de texto en cada página sobre decenas de líneas de notas, tal como quería Vladimir Nabokov, para los lectores más sofisticados.

Por lo tanto, cuando se dice que la elección entre traducción y transliteración de realia depende también del lector modelo, esto quiere decir, sobre todo, de la difusión del idioma de la cultura receptora y de las políticas editoriales allí vigentes.

En mi opinión, la conservación de los realia mediante la transliteración es siempre la mejor solución, incluso en las ediciones destinadas al público general. Hay un axioma según el cual los textos destinados al público general y a los niños deben ser "sencillos", tanto en forma métrica (ediciones en prosa de poemas épicos), como en sintaxis y vocabulario.

Creo que el lector ocasional no se debe considerar como tal para siempre, ni se le debe castigar con un producto de baja calidad. La pasión por la lectura se debe cultivar también mediante políticas editoriales. Es necesario atraer a los lectores con productos interesantes, seducirlos con una gran diversidad de obras procedentes de distintas fuentes y, en el caso de los realia, conservar su sabor exótico, que será una riqueza adicional de la que puedan disfrutar también los lectores ocasionales o "débiles".

Lo opuesto, encontrar en los textos sólo lo que ya se conoce, no promoverá el aumento de la lectura.

Es posible que en ciertos casos se tienda a confundir el exotismo con la complejidad. Los textos complejos, como el Ulises de Joyce o El hombre sin atributos, de Musil, lo son aunque no recurran precisamente a los realia, y sus lectores suelen pertenecer a una elite, con independencia de las culturas a que se traduzcan.

Existen varios niveles de lectura. Alguien puede leer un texto complejo con satisfacción aunque no llegue a percibir todos los niveles posibles de interpretación. También es posible la lectura superficial de un texto con muchos realia, aunque no se descodifiquen de inmediato, pero cuya presencia podrá seguir siendo una referencia importante para una profundización posterior o signo de una realidad diferente.

Su eliminación (en realidad, su traducción equivale con frecuencia a su supresión) no puede aportar nada positivo a lector alguno. Aunque debo insistir en que se trata de mi opinión personal.

Concluiré esta unidad sobre los realia con una cita:

La connotación, y por lo tanto también el color, es parte del significado, por lo que se traduce a la par que el significado semántico de la palabra. Si fuera imposible hacerlo, si el traductor sólo puede transmitir la semántica "desnuda" de la unidad léxica, la pérdida de colorido representará para el lector de la traducción una percepción truncada de la imagen, en realidad, su distorsión (Vlahov y Florin 1996: 121).

 

BIBLIOGRAFÍA

MARÍAS J. Negra espalda del tiempo, Punto de lectura, 2000 (edición original de 1998), ISBN 84-663-0007-7.

MARÍAS J. Dark Back of Time, New York, New Directions, 2001 (traducción de Esther Allen), ISBN 0-8112-1466-4.

VLAHOV S., FLORIN S., Neperovodimoe v perevode. Realii, in Masterstvo perevoda, n. 6, 1969, Moskvà, Sovetskij pisatel´, 1970, p. 432-456.

VLAHOV S., FLORIN S., Neperovodimoe v perevode, Moskvà, Vysshaja shkola, 1986.


1 Marías 2000, p. 73.
2 Marías 2001, p. 60.


 



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