14 - La imitación
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"[...] no voy a decir que influidos por Schiller pero sí determinados por él en cada detalle, pero de tal manera que todo resultaba ridículo, rezumaba moral y nobleza de espíritu, era verboso y superficial, como si hubiera pasado por seis manos, cada cual más carente de talento que la anterior [...]." 1
En la unidad anterior hablé de la producción metatextual y, en particular, de las notas del traductor. Ahora presentaré otra forma de relación prototexto-metatexto, que recibe el nombre de "imitación". Esta categoría no tiene un gran uso en la ciencia contemporánea, pero se la sigue mencionando con frecuencia al hablar de las traducciones, con el sentido de "traducción excesivamente libre" o "producción excesivamente libre para que se pueda hablar de traducción".
[...] la imitación de un autor es el modo más eficaz que tiene un traductor para hacerse notar, pero es el mayor agravio que puede hacerse a la memoria y la reputación de los muertos 2.
John Dryden, en 1680, no se para en barras al juzgar la imitación como uno de los dos opuestos igualmente despreciables que se pueden adoptar frente a la traducción. Dryden divide el proceso traductivo en tres tipos:
- la metáfrasis o traducción interlineal, palabra por palabra;
es el tipo más común en las ediciones con texto paralelo, en las que es posible que la página traducida no constituya un texto real, sino simplemente un auxilio para la lectura del original. En este caso el traductor no se centra en la creación de un metatexto, sino en la traducción de palabras aisladas, que el lector puede localizar en el original sin necesidad de recurrir a un diccionario. El término procede del griego "metaphrázō", que significa «expreso dentro", "explico hacia", poco utilizado en la actualidad.
la paráfrasis, o traducción en la que el traductor tiene presente al autor, su sentido, aunque no sus palabras;
lo que implica que el traductor capta el sentido (aparentemente único, sin significaciones ambiguas posibles), y que, sin posibilidad de error, decide la mejor manera de reexpresarlo en la lengua del lector. Este término también deriva del griego "paraphrázō", que significa "expreso cerca". En las escuelas se enseña la paráfrasis como una especie de traducción intralingüística.
la imitación,
en la que el traductor (si es que no ha perdido ya ese calificativo) se toma la libertad no sólo de cambiar las palabras y el sentido, sino de abandonarlos en cuanto se le presenta la ocasión, y toma sólo algunos rasgos generales del original que utiliza a placer como base 3.
Debajo de la utopía de la imitación vista de este modo, se percibe el mito de la traducción que no debería parecerlo, de un texto traducido que se presentaría como original. El imitador debe crear en el lector la ilusión de estar leyendo un original y todas las referencias culturales deben modificarse para evitar que el lector se sienta totalmente ajeno.
Es utópica porque el sueño que hay detrás de este enfoque es escribir como lo hubiera hecho el autor si hubiera vivido en el mismo cronotopo del traductor. Si Píndaro hubiera vivido en la Inglaterra de la época de Cowley (es un ejemplo de Dryden), ¿cómo hubiera escrito sus odas? La respuesta que se me ocurre es que tal vez no habría escrito oda alguna, sino una novela. Pero entonces, ¿qué debería hacer el traductor, escribir una novela basada en las odas? Y en cuanto a contenido, este razonamiento podría llegar muy lejos. Si el contenido de una oda estándar era de tipo ético-civil, ¿debería el traductor introducir un contenido ético-civil en su metatexto, comparable (en sentido sistémico) al del original, haciendo para ello los cambios que fuesen necesarios? Veamos lo que opina Dryden:
Veo la imitación de un autor como el esfuerzo de un poeta posterior de escribir tal como lo hizo otro antes que él sobre el mismo asunto; es decir, no de traducir sus palabras, ni de limitarse a su sentido, sino de tomarlo como modelo y escribir como supone que el otro autor lo habría hecho de vivir en nuestro tiempo y nuestro país (Dryden 1680; 19).
Dryden rechaza esencialmente ese extremismo, al igual que su opuesto, la metáfrasis o "traducción verbal" (en el sentido de "palabra por palabra"), y se inclina por una vía intermedia.
Como acertadamente afirma Douglas Robinson, es paradójico que la raíz de "imitar", que etimológicamente significa "hacer mímica", "copiar servilmente", en el campo de la traducción recibe un significado totalmente distinto, exactamente lo contrario: "hacer algo completamente distinto a lo que hizo el autor del original, desviarse demasiado y con excesiva libertad de las palabras y el sentido del prototexto" (Robinson 1998: 111). En el arte figurativo se distingue la imitación del original, de la obra de arte auténtica. En el caso de la traducción, que la imitación se considere casi un sinónimo de "traducción libre" remite a otro mito de la vieja escuela, el de que una traducción ‘fiel’ coincide con el original, en tanto que la traducción ‘libre’ es "sólo una imitación".
Dejando de lado los absurdos etimológicos, diré para concluir que esa categoría de la imitación es muy poco productiva en el terreno científico. Como indiqué en la tercera parte de este curso acerca de los conceptos de fidelidad, literalidad y equivalencia, el concepto de la imitación corre el riesgo de ser un pesado residuo del enfoque normativo.
La teoría normativa de la traducción no sólo era poco interesante porque dictaba normas discutibles a las que se debía respetar, sino también porque era poco descriptiva. Con el uso de categorías tan flexibles y poco definidas como las mencionadas, siempre resultaba posible arrojar las versiones que nos disgustaran al montón de lo ‘negativo’ (imitación, infidelidad, libertad, falta de equivalencia) y las agradables al cúmulo de las ‘positivas’ (fiel, literal, equivalente, exacta), sin que dichos criterios explicaran detalladamente las características de una u otra versión.
El peso normativo ha impedido, cuando ha sido dominante en este sector, un progreso científico auténtico. Como dice Robinson,
El supuesto normativo de que la traducción es fiel o libre (y de que si es fiel traduce palabras o frases individuales) nos ha impedido ver la gama completa de los repertorios metodológicos de traductores individuales, para no hablar del repertorio colectivo de todos los traductores en su conjunto. Es tan profunda la censura de la traducción libre que resulta difícil empezar siquiera a pensar en ella en términos positivos o de aprecio, y mucho más difícil rastrear su impresionante diversidad (Robinson 1998: 89:90).
BIBLIOGRAFÍA
CANETTI ELIAS Die gerettete Zunge. - Die Fackel im Ohr. - Das Augenspiel, München, Carl Hanser Verlag, 1995, ISBN 3-446-18062-1.
CANETTI ELIAS Historia de una vida. Traducciones de Genoveva Dieterich, Juan José del Solar y Andrés Sánchez Pascual. Galaxia Gutenberg - Círculo de Lectores, 2002.
DRYDEN J. Preface to Ovid’s Epistles, Traducción de Several Hands, 1680, p. 68-72.
ROBINSON D. Free translation, in Routledge Encyclopedia of Translation Studies, edición de M. Baker, London, Routledge, 1998, ISBN 0-415-09380-5, p. 87-90.
ROBINSON D. Imitation, in Routledge Encyclopedia of Translation Studies, edición M. Baker, London, Routledge, 1998, ISBN 0-415-09380-5, p. 111-112.
1 Canetti 1999 : 270.
2 Dryden: 20.
3 Dryden (1680: 17).
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