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25 - La calidad de la traducción literaria

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"Se le atribuyen [al saber] las cualidades de la luz, la velocidad con la que desea expandirse es la máxima, y se lo honra dándole el nombre de ilustración."1

La traducción de narrativa es una de las actividades más infrecuentes en el panorama general de la producción traductiva. De cada centenar de páginas traducidas, apenas una puede adscribirse al sector de la traducción literaria; sin embargo, muchos traductores y aspirantes a serlo sueñan con ser traductores literarios.

La producción de traducciones literarias se puede dividir en dos categorías: la traducción de obras contemporáneas y la retraducción de literatura clásica. Mientras que la razón de la primera es muy evidente, muchos se preguntan, a veces perplejos, por qué es necesario traducir clásicos que ya se han traducido cinco, diez o veinte años antes.

La explicación del envejecimiento de las traducciones de clásicos es que el proceso está destinado a la traducción de un texto a la cultura receptora, que obviamente es hija de su tiempo. Cuanto más se aproxima una traducción al polo de la aceptabilidad, más sujeta está al envejecimiento. Además, las editoriales contemporáneas tienen una marcada proclividad a la producción de textos aceptables para (el mercado de) la cultura receptora. De ahí surge la necesidad de retraducir a los clásicos para adaptarlos, una vez tras otra, a las exigencias del público.

Una de las cuestiones fundamentales de la traducción literaria es la evaluación de la calidad del producto. Es un problema esencial en las instituciones educativas (facultades de traducción e interpretación, cursos de especialización en traducción), en las que se imparte traducción literaria y es necesario evaluar a los alumnos, y es también un problema serio para los editores, en cuyo caso el asunto está en manos de quienes deciden la política editorial y la llevan a cabo.

Juliane House (1998) realizó un análisis muy bien estructurado de los principales enfoques que se utilizan para evaluar la calidad de la traducción.

El primer grupo identificado en el análisis se basa en la experiencia personal y subjetiva. Es el enfoque preferido por quienes no han estudiado teoría de la crítica de la traducción y por muchos traductores y editores que, aunque hayan realizado estudios en dicho campo, no se fían de la teoría y creen que el único elemento importante es la práctica personal. Ese enfoque intuitivo tiene el problema de no saber explicar con precisión, en términos operativos, qué es la "fidelidad al original" o "la fluidez natural del texto traducido". Al tratarse de enfoques intuitivos, son por naturaleza lo más alejado de la teoría y ni siquiera contemplan la posibilidad de ajustarse a principios generales. Quienes defienden este enfoque suelen argumentar que los elementos más importantes son el conocimiento personal, la intuición y la capacidad artística del traductor.

Otro enfoque es el orientado a la reacción del lector, es decir, el de la equivalencia dinámica de Nida: la traducción es de buena calidad si quien la lee reacciona tal como lo hace el lector del original. El problema radica en que, en términos prácticos, no hay manera de comprobar la similitud de las reacciones de los lectores. Además, si se pudiera resolver ese problema y se produjera un texto que provocara las mismas reacciones, se trataría de un texto marcadamente aceptable para la cultura receptora y no adecuado al original. Por eso el enfoque orientado a la reacción de Nida implica una decisión ideológica muy precisa, que es adaptar el texto al lector y no darle instrumentos que le permitan aproximarse al texto de la forma lo más parecida posible al original.

Existen, pues, enfoques basados en el texto, como el de Wilss, según el cual la vara de medir es el conjunto de las normas de consumo vigentes en las dos comunidades culturales. Si la traducción se aleja de las reglas de uso difundidas en la cultura receptora, se considera que tal desviación es un defecto de la traducción. Está claro que dicho enfoque podría penalizar los textos que en la cultura original se desvían de las normas culturales del ámbito en el que han surgido. El método de Koller, en parte muy parecido al de Wilss, prevé tres fases: análisis crítico del prototexto y su traducibilidad en la cultura receptora; comparación de la traducción y el original, que también tiene en cuenta la metodología aplicada, y calificación de la traducción por parte de hablantes de la cultura de destino capaces de hacer una evaluación metalingüística basada en las características textuales específicas establecidas en el primer punto.

También Reiss y Vermeer, con la teoría del skopos (fin último), subrayan la importancia del objetivo de la traducción. Dado que se dedica toda la atención a la manera en que se ha adaptado el texto a las necesidades de la cultura receptora, es obvio que se pierde de vista la preocupación filológica por el original y la preocupación semiótica por la diversidad de la cultura emisora. Se considera al prototexto fuente de información pragmática, por lo que no creo que ese enfoque sea positivo para la traducción literaria .

Está también la teoría de Juliane House, que elabora dos conceptos interesantes. En el primero, distingue entre traducción explícita y traducción implícita (overt translation y covert translation).

La traducción explícita es necesaria cuando el texto de origen depende en grado sumo de la cultura emisora y tiene un estatus independiente dentro de ella; la traducción implícita es necesaria cuando no existe ninguna de las dos condiciones, es decir, cuando el texto de origen no es específico de la cultura de origen (1998: 199).

El otro concepto interesante es el del filtro cultural, es decir, el que aplica el traductor en el proceso traductivo para obtener el metatexto. La siguiente es la definición de House:

una serie de dimensiones transculturales en la que los miembros de las dos culturas difieren en predisposición sociocultural y preferencias comunicativas. Esto hace difícil la evaluación, porque implica evaluar la calidad de los filtros culturales introducidos en la traducción (ibídem).

A esas dificultades para la evaluación de la traducción literaria en el campo editorial, se añade que la mayoría de los editores se ciñen al primer enfoque mencionado, que es lo intuitivo como enemigo de lo teórico. Muchas veces la aceptación de la traducción depende de factores aleatorios y de que, casualmente, las inclinaciones instintivas del traductor coincidan con las del editor. Pero en el momento de discutir teóricamente si una versión es más o menos aceptable, surge un problema:

Tales tratamientos intuitivos de la calidad de la traducción son teóricos por naturaleza y, en general, se rechaza la posibilidad de establecer principios generales acerca de la misma (House 1998: 197).

 

BIBLIOGRAFÍA

CANETTI ELIAS Die gerettete Zunge. - Die Fackel im Ohr. - Das Augenspiel, München, Carl Hanser Verlag, 1995, ISBN 3-446-18062-1.

CANETTI ELIAS Historia de una vida. Traducciones de Genoveva Dieterich, Juan José del Solar y Andrés Sánchez Pascual. Galaxia Gutenberg - Círculo de Lectores, 2002.

HOUSE JULIANE Quality of Translation, in Routledge Encyclopedia of Translation Studies edición de Mona Baker, London, Routledge, 1998, ISBN 0-415-09380-5, p. 197-200.


1 Canetti 1980: 287.


 



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