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34 - Citas e intertextualidad

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"Nuni, la menor, participaba en el juego, aunque los refranes citados no le decían nada todavía, mientras que Hans y yo disfrutábamos con ellos.»1

Como se dijo en la unidad anterior, el grado de explicitación de una cita puede variar mucho. Esto tiene consecuencias importantes en el trabajo práctico del traductor.

Las citas implícitas

El primer problema son las citas "invisibles", las que carecen de delimitadores gráficos que las definan como citas, que las distingan del cotexto y que impulsen al lector (con mayor razón al traductor) a preguntarse de dónde proceden, quién las escribió y qué función desempeñan en el texto. Si el texto carece de delimitadores gráficos, la cita es implícita y sólo la vigilancia del traductor podrá detectarla. Algunas de las alarmas del traductor que se pueden disparar en tales casos son:

  • el uso de vocabulario anómalo en comparación con el cotexto;
  • el uso de una sintaxis anómala en comparación con el cotexto;
  • la aparición súbita de referencias a elementos que no están presentes en el cotexto y que se den como sabidas (diferencia del implícito cultural);
  • el uso de hábitos gramaticales distintos que en el resto del texto;
  • el uso de un estilo más formal, o menos, respecto al cotexto.

En esencia, cualquier elemento que pueda considerarse marcado en comparación con el cotexto, por la razón que sea, debe llamar la atención del traductor en cuanto a la posible presencia de una cita implícita. Si el traductor no la detecta, la traducirá y tal vez tienda a uniformarla con las cualidades del cotexto, haciendo que sea parcial o totalmente irreconocible.

La explicitación

Una vez que se ha identificado una cita oculta, 'qué debe hacer el traductor? Como siempre, no existen reglas, sólo alternativas posibles. Una de las estrategias es la más didáctica y tiende a informar al lector de lo que sucede mediante una nota al pie. El texto de la traducción contiene la traducción de la cita sin delimitadores gráficos, como en el original, y una nota al pie informa al lector de que se trata de una cita implícita tomada de un texto determinado y que tal vez tenga el objetivo de indicar al lector cierta interpretación. Esta estrategia se utiliza, en particular, cuando el traductor cree que la notoriedad de la cita es mucho mayor en la cultura emisora que en la receptora.

Hay otra estrategia que no tiene en cuenta los problemas del lector y, después de insertar la traducción de la cita implícita, el traductor no informa en absoluto al lector del metatexto: sólo los lectores más atentos podrán percibir la cita e identificarla. Esta estrategia se suele utilizar cuando el traductor cree que la notoriedad de la cita es muy similar en la cultura emisora y en la receptora y que, por lo tanto, los lectores del metatexto no requieren ayuda especial para identificarla.

La tercera estrategia se basa en infringir la norma 2384 sobre traducciones y modificar el texto traducido sin advertir al lector. Se informa de la cita, pero en el metatexto el traductor inserta como glosa uno o más de los elementos siguientes:

  • delimitadores gráficos (por ejemplo, comillas) para que el lector conozca el inicio y el fin de la cita;
  • frases introductorias, del tipo de «como menciona García Márquez en su libro La hojarasca..." »
  • notas bibliográficas en las que se indica el libro y la edición de procedencia de la cita, sin especificar que se trata de una nota del traductor y haciéndola pasar como nota del autor.

¿Es necesario traducir las citas?

La respuesta es: no siempre. Hay casos en los que la cita, por propia voluntad del autor, aparece en su idioma original (distinto de la lengua en la que escribe el autor). En tales casos, lo mejor es que el traductor la deje en ese idioma.

Otro problema que puede plantear la traducción de las citas es la deformación del texto a causa de la traducción. Si, por ejemplo, se emplea una cita porque trata de un tema determinado utilizando unos términos específicos, y en la traducción dichos términos desaparecen o ya no son reconocibles, es necesario dejar la cita en el idioma original (con los términos incluidos). En esos casos el traductor evaluará cada situación de manera individual y deberá acordar con el cliente si la cita se debe complementar con una nota del traductor que contenga el texto de la cita traducida.

Cómo traducir las citas

El modo en el que deben traducirse las citas es otro problema. Es necesario distinguir los distintos casos.

  • La cita está en idioma original, no traducida
    • la cita está en la lengua original de la cultura emisora: en este caso, si proviene de una obra clásica o ya traducida en la cultura receptora, el traductor deberá localizar la cita traducida y mencionar en una nota al pie las referencias a la edición en la cultura receptora;
    • la cita original no está en la lengua de la cultura emisora: en este caso está en un idioma distinto al del lector de la edición original, por lo que el traductor también puede conservarla en el mismo idioma en el metatexto; se puede admitir una excepción si el idioma de la cultura emisora y el de la cita son muy similares, y el de la cultura receptora es muy diferente. Podría ser el caso de un texto en italiano que contuviera una cita en castellano y que todo el texto se fuera a traducir al inglés. Mientras que para un italiano el castellano es legible y es casi un idioma comprensible, esto no sucedería en el caso del lector en lengua inglesa. En un caso así sería aconsejable traducir la cita al inglés.
  • La cita se presenta en un texto traducido: en tal caso, no se debe traducir desde la traducción en que se presenta, sino desde el idioma original. El traductor debe buscar primero el texto original de la cita y decidir entonces si debe traducirlo (por ejemplo, el original podría estar en el mismo idioma que el de la cultura receptora), traducirlo o, si es una obra ya traducida, buscar el pasaje en la edición de la cultura receptora.

Citas con texto original

Cuando una cita ¿muchas veces por razones de precisión terminológica¿ sólo tiene valor si se presenta en el idioma original, el traductor debe redactar una "traducción de servicio" en una nota al pie. El término "traducción de servicio" se emplea cuando el texto no se traduce como edición oficial, sino que es un aporte del propio traductor, que no pretende sustituir la edición oficial sino ayudar al lector del metatexto a descifrar el original de manera autónoma. Las traducciones de servicio son escasamente legibles porque utilizan como dominante la correspondencia directa entre elementos aislados del prototexto y del metatexto, por lo que a veces no se pueden considerar exactamente "textos", sino apenas aparatos complementarios, metatextos que meramente acompañan al prototexto.

Citas y metatexto

Como se vio en la unidad anterior, una cita puede tener diversos grados de explicitación, sobre todo si también se tienen en cuenta como variables el origen más o menos conocido en la cultura receptora, y la función más o menos descodificable en dicha cultura. Depende del traductor decidir cuándo y cómo la traslación de una cita de una cultura a otra recomienda el empleo de aparato metatextual (generalmente una nota al pie), para que el lector de la cultura receptora tenga las mismas posibilidades de comprensión que el del prototexto. Naturalmente, cuanto más difícil sea la descodificación de una cita, indicada en la columna derecha de la tabla de la unidad anterior, mayor necesidad habrá de acompañar su traducción con un aparato metatextual para reducir la pérdida semántica.

 

BIBLIOGRAFÍA

CANETTI ELIAS Die gerettete Zunge. - Die Fackel im Ohr. - Das Augenspiel, München, Carl Hanser Verlag, 1995, ISBN 3-446-18062-1.

CANETTI ELIAS The Tongue Set Free. Remembrance of a European Childhood, traducido por Joachim Neugroschel en The Memoirs of Elias Canetti, New York, Farrar, Straus and Giroux, 1999, ISBN 0-374-19950-7, p. 1-286.

CANETTI ELIAS Historia de una vida. Traducciones de Genoveva Dieterich, Juan José del Solar y Andrés Sánchez Pascual. Galaxia Gutenberg - Círculo de Lectores, 2002


1 Canetti 2002: 158.


 



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