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34 – Últimas palabras sobre Wordfast

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"Este autor, que tal vez haya perjudicado tanto al psicoanálisis como lo ha beneficiado, estableció un gran número de traducciones simbólicas novedosas, a las que no se otorgó credibilidad alguna al principio, pero que posteriormente hubieron de ser confirmadas y aceptadas"1.

Con Wordfast también es posible trabajar a partir de un archivo Acrobat PDF. Son archivos que se utilizan mayormente para la publicación, ya que, a diferencia de los archivos Word, conservan la configuración del diseño aunque se trasladen de un ordenador a otro.

Por ese motivo, los archivos PDF se emplean en el mundo editorial para preparar la versión paginada de un libro y enviarla a la imprenta, que puede utilizarla directamente para la impresión final. También suelen emplearse en Internet para publicar artículos y ponerlos a disposición de los usuarios de la red con la garantía de que el texto original no podrá deformarse ni manipularse.

Cómo trabaja Wordfast con los archivos PDF. Para abrir un archivo PDF en Word mediante Wordfast, se debe hacer lo siguiente:

  • abrir el archivo PDF y dejarlo abierto;
  • abrir Word, iniciar la aplicación Wordfast pulsando en el icono que aparece en la barra de herramientas;
  • en el documento Word vacío, pulsar en el icono "Next Segment" (segmento siguiente), como si se fuera a iniciar la traducción del primer segmento (sin abrir aún el archivo);
  • se abre una ventana con un mensaje indicando que se ha hallado un documento PDF y si se debe proceder a su importación.
  • Hacer clic en "OK". Pasan unos momentos mientras se importa el documento. Al final, aparece un mensaje indicado que se compruebe el documento.

 

Como es obvio, ese tipo de importación convierte sólo la parte de texto al formato .doc, y no las imágenes que pueda haber presentes.

Al final de cada línea de texto del archivo .pdf, en el archivo Word aparecen signos de fin de párrafo. Por esa razón, para reconstruir los párrafos del archivo original, es necesario sustituir algunos de dichos signos por espacios. Para ello se realiza lo siguiente:

  • se elige "Reemplazar" en el menú Edición;
  • en el campo "Buscar" se introduce "^p";
  • en el campo "Reemplazar con" se introduce un espacio;
  • se hace clic en "Buscar siguiente";
  • en cada caso que aparezca, se hace clic en "Reemplazar" si se trata del final de una línea, o en "Buscar siguiente" si es el final de un párrafo.

 

Para conservar los mismos tipos de letra que en el archivo .pdf, se debe seleccionar la instrucción "KeepPDFFonts" en la opción "Caja de Pandora".

He dedicado varias unidades de esta quinta parte del curso al uso de Wordfast porque creo que las memorias de traducción son un instrumento muy importante que deben conocer los traductores noveles o los aspirantes a traductor, y he preferido Wordfast frente a otras aplicaciones similares porque tiene una versión gratuita. Haberle dedicado tanto espacio a alguna de las otras versiones habría constituido una forma de publicidad indirecta (e incorrecta).

Wordfast es uno de los recursos que el Grupo Logos ofrece de forma gratuita al público mundial de Internet, por lo que, en mi opinión, es conveniente tenerlo en cuenta y difundirlo. En el sito www.wordfast.org se pueden encontrar instrucciones sobre el uso de Wordfast en varios idiomas, pero he preferido contribuir a la simplificación de los conocimientos técnicos que contienen esas instrucciones para ponerlos al alcance de quienes no están familiarizados con los ordenadores y la informática. En resumen, he intentado traducir esos conocimientos del lenguaje técnico al lenguaje común, teniendo en cuenta los problemas que plantea una traducción meramente lingüística, por lo que me inclinado por una traducción cultural.

Probablemente, los técnicos habituados a su propio lenguaje se estremecerían si leyeran lo que he escrito, porque en todos los casos he elegido la palabra común en lugar del término, la perífrasis explicativa a la expresión directa (y oscura), he iniciado digresiones sobre aspectos que para los técnicos son obvios, pero no así para el profano.

Así pues, he aplicado los principios de la traducción total también a las instrucciones sobre el uso de Wordfast. El punto débil de la comunicación técnica es muchas veces la conciencia personal del técnico. Su falta de una conciencia más amplia sobre lo que es parte de su cultura y lo que es parte de la de los demás (el receptor de la comunicación, en este caso), puede impedirle tener ideas claras sobre lo que se debe explicar y cómo hacerlo.

A veces un redactor técnico no cae en la cuenta de que cosas que considera obvias no lo son tanto para el lector modelo. Hay casos en que, lo que a él puede parecerle implícito, requiere una explicación para el lector. En el caso contrario, es el lector quien debe esforzarse para deducir una explicación, lo cual puede resultarle imposible por su falta de conocimientos. Por esa razón, es muy útil que el redactor técnico sea, ante todo, un experto en comunicación. El comunicador que aprende a utilizar un instrumento técnico puede explicarlo mejor al público que un técnico que lo haga con sus propias palabras. En el segundo caso, faltaría el tránsito fundamental de la traducción cultural.

El mercado de la traducción, sobre todo el de la traducción editorial, está saturado de traductores. Hay una gran diferencia entre la demanda (muy escasa) y la oferta (excesiva). Por lo tanto, el futuro de quienes aspiran a trabajar en ese campo es particularmente incierto, y estará ligado a su capacidad para garantizar unas prestaciones de elevada calidad.

Desde ese punto de vista, el uso de memorias de traducción es esencial y debería marcar la diferencia en los campos en que, por ahora, el éxito es menor: la traducción para editoriales.

Las principales desventajas para el traductor al utilizar memorias de traducción en su trabajo para editoriales, radican en la necesidad de trasladar el texto del papel al formato electrónico antes de iniciar la traducción. De hecho, en muchos casos el editor no es capaz de suministrar al traductor el archivo con el texto, una operación que requiere poco tiempo. Si se cuenta con un buen escáner, en medio día se pueden digitalizar hasta 40 páginas de texto. Es un tiempo perfectamente justificado, ya que las cuatro horas invertidas hipotéticamente en esa operación inicial ofrecen buenos resultados en cuanto a la reducción del tiempo necesario para la labor y la calidad de la traducción. Por ejemplo:

  • ahorro del tiempo que requiere localizar la frase para traducción en la página impresa;
  • no existe el riesgo de omitir pasajes;
  • ahorro del tiempo de búsqueda en glosarios y diccionarios;
  • menor fatiga visual;
  • ahorro de tiempo en la búsqueda de términos y palabras repetidos;
  • disponibilidad de tiempo para producir un texto léxicamente homogéneo.

El traductor que desee prosperar en un mercado tan competitivo, no podrá hacerlo sin contar con esa herramienta.

 

BIBLIOGRAFÍA

FREUD SIGMUND, La interpretación de los sueños, traducción de Luis López-Ballesteros y de Torres, Alianza Editorial, ISBN 84-206-1036-4.

FREUD SIGMUND, The Interpretation Of Dreams, translated by A. A. Brill, London, G. Allen & company, 1913.

CHAMPOLLION YVES Wordfast, disponible en la dirección www.wordfast.org, consulta realizada el 23 de mayo de 2004.

 


1 Freud 1900: 309.


 



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